viernes, 20 de febrero de 2015

Wingfly

Entre las nuevas modalidades del paracaidismo destaca el "wingfly" o traje aereo, en el que el saltador despliega un traje aéreo tras lanzarse de un avión o un acantilado y planea hasta aterrizar con unas alas que surgen de la equipación.

Estos trajes, fabricados con nailon y manufacturados individualmente, se componen de tres alas, dos en los brazos y una en las piernas simulando la cola de un pájaro, que además incluye unas pequeñas canalizaciones membranosas, de forma que permite la circulación del aire y aumenta la resistencia del saltador a la caída.
Este deporte de riesgo consiste en un salto al vacío desde un avión, normalmente un Pilatus Porter, o un acantilado en el que halla mucha distancia hasta el suelo, tras el cual el saltador hincha las alas de su traje y ejecuta arriesgadas piruetas en el aire, mientras cae a una velocidad aproximada de 200 kilómetros por hora, y aterriza desabrochando una cremallera lateral que libera las piernas para caer con una mayor seguridad.
Los trajes aéreos cuentan con numerosos accesorios para evitar accidentes o disminuir posibles daños en una caída, desde los cascos y gafas reglamentarios en todas las modalidades de salto BASE a complementos más específicos como una reserva manual que despliega un paracaídas accesorio.
Los orígenes del deporte se fechan en la década de los treinta y durante años se hicieron pruebas con trajes prototipo de diversos materiales como madera, seda o metal aunque las sucesivas pruebas fueron fallidas.




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